Sofía Gatica 06.08.2016.
Entrevista a Madres de Ituzaingó sobre le triunfo de la lucha popular ante la decisión de la multinacional Monsanto de retirarse y no construir su planta en la localidad de Malvinas Argentina, en la Provincia de Córdoba. 

 

Monsanto se va de Malvinas Argentinas

Al Dorso (06.08.2016)

(Izquierda Diario) Luego de varios rumores se confirmó la venta del predio de Malvinas Argentinas y la relocalización de los materiales a la planta de Rojas. Mal negocio y protestas como principales causas. Así lo confirmó una fuente de la empresa al periodista especializado Patricio Eleisegui. La multinacional norteamericana a través de una contratista comenzó con el desmonte de las instalaciones construidas en Malvinas Argentinas para llevarlas a su planta actual de procesamiento de maíz en Rojas, Provincia de Buenos Aires. También confirmó la puesta en venta del predio de 30 hectáreas.

La fuente sostuvo que “la pauta de procesamiento de la planta estaba en el orden de los 3,5 millones de hectáreas de maíz y en los últimos año apenas se pasó de los 2,5 millones». «Una inversión así no tiene sentido desde el punto de vista del negocio. Con las instalaciones que hoy Monsanto posee en Rojas, en la provincia de Buenos Aires, la compañía puede operar con tranquilidad. Es más: como están las cosas, probablemente alcance sólo con esa planta de maíz por los próximos cinco años”, añadió.

Fue en el año 2012 desde Nueva York en que la por entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner tras un acuerdo con el directorio de Monsanto anunciaba la construcción de la más grande planta procesadora de semillas de maíz de América Latina. Un proyecto sostenido en una inversión por $ 1.500 millones de pesos. Sin embargo fue el propio modelo de producción agrícola sostenido por el kirchnerismo el que en parte puso fin al proyecto de la multinacional. Eleisegui sostiene tras su diálogo que la imposición de un esquema de retenciones orientado a potenciar el monocultivo de soja poco a poco rompió la sintonía que la compañía logró fijar con el gobierno de Cristina Fernández.

Otro de los elementos que reconoció la fuente de la empresa que la hizo retroceder fue la de la resistencia ambientalista, que pasó a ocupar el predio de Malvinas Argentinas para impedir la construcción de la planta, como así también que se movilizó en todo el país en solidaridad con la ocupación y en rechazo la multinacional biotecnológica.

Según Eleisegui la fuente de la empresa indicó que el bloqueo llevado a cabo por vecinos y ambientalistas en general, que hasta el día de hoy acumula más de dos años de impuesto y frenó por completo la entrada de los materiales que requiere la construcción, también pesó a la hora de evaluar la continuidad de la inversión: “no se pudo avanzar con la planta y eso también influyó”, aunque “lo más trascendente fue que el negocio cambió y dejó de ser conveniente para Monsanto”.

 

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