Héctor Luis Giuliano 29.09.2018. En función de su rol fáctico como auditor y protector de los intereses de los acreedores financieros del Estado a los fines que el gobierno Macri no les interrumpa el flujo de pago de los servicios de la Deuda Pública, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tomado intervención directa en el control de las Cuentas Fiscales de la Argentina (…)

 

LA DEUDA EN EL PRESUPUESTO 2019

Por Héctor GIULIANO (29.9.2018)

En función de su rol fáctico como auditor y protector de los intereses de los acreedores financieros del Estado a los fines que el gobierno Macri no les interrumpa el flujo de pago de los servicios de la Deuda Pública, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tomado intervención directa en el control de las Cuentas Fiscales de la Argentina.


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DEFAULT DE LA DEUDA MACRI

La administración macrista, en dos años de gestión y por culpa de su Política de Gobernar con Deuda – aumentando la toma de nuevas obligaciones en gran escala y sin la más mínima capacidad de repago – llevó al país a un nuevo default, esto es, a una nueva situación de impago.

Imposibilitado de cumplir no solamente los vencimientos de capital de la Deuda – que se refinancian íntegramente, hasta el último centavo – incapaz de poder cubrir la totalidad de los Intereses a Pagar y suspendidas las renovaciones y la colocación de deuda adicional en los mercados internacionales por su situación de insolvencia e iliquidez; y habiendo agravado en forma totalmente irresponsable el endeudamiento público por partida doble – deuda del Tesoro y deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) – el presidente Macri solicitó un apoyo de emergencia al FMI para poder paliar esta situación de default (que no fue una situación heredada sino propia de su gestión) y para tratar de sostener con ello su gobierno hasta las elecciones del año que viene.

El Proyecto de Ley (PL) de Presupuesto 2019 – elevado al Congreso el 15.9 pasado pero que ya estaría modificado en aspectos sustanciales por el nuevo Acuerdo con el FMI (cuyos términos todavía no se conocen en detalle) – es reflejo directo de esta situación crítica de las Finanzas Públicas de la Argentina producto de la gestión Macri.


DEUDA Y PRESUPUESTO 2019

El PL muestra que el próximo año le caen al país vencimientos de Capital (Amortizaciones que se cancelan íntegramente con nuevas deudas) por unos 2.0 B$ (≡ 50.000 MD)[1] y que se prevé tomar Endeudamiento Público por un total de 3.1 B$ (≡ 77.400 MD); o sea, que la Deuda del Estado aumentaría durante el 2019 en 1.1 B$ (≡ 27.400 MD).[2]

El Stock de la Deuda del Gobierno Central era de 334.700 MD al 31.12.2017 – según datos oficiales – y el Presupuesto 2018 (Ley 27.431) contempla un aumento de la misma durante el Ejercicio en curso de 46.400 MD con lo que – sin cancelaciones netas mediante – el saldo de la Deuda Total terminaría así a fines de este año en 381.100 MD.

Pero este importe no incluye el préstamo Stand-By de emergencia del FMI de Junio de este año – 50.000 MD que ahora han sido elevados a 57.100 MD y con desembolsos anticipados – ni el adelanto de créditos de otros organismos multilaterales que ya han sido anunciados (Banco Mundial, BID y CAF) ni el traspaso de la Deuda cuasi-fiscal de las Lebac del BCRA al Tesoro, con lo que el nivel de endeudamiento sobrepasaría los 400.000 MD.

Se estima que el gobierno Macri, desde su asunción en Diciembre de 2015, ha incrementado la Deuda del Estado Central (aparte de la paralela Bola de Nieve extraordinaria de Lebac, descontrolada también durante su gestión pero en cabeza del BCRA) entre 140 y 150.000 MD hasta la fecha.

Esto lo determinan – como decimos – el proceso de endeudamiento adicional en ejecución que se está dando en forma acelerada en el corriente año por sobre el Presupuesto 2018, el traspaso dispuesto unilateralmente por el Ejecutivo de gran parte de la Deuda de Lebac (que están en Pesos) a Deuda dolarizada en Letras de Tesorería (LETE) y los desembolsos del préstamo Stand-By del FMI, igualmente decidido por el gobierno por afuera del Presupuesto aprobado por el Congreso.

Es por estas condiciones, repetimos, que puede estimarse que en la actualidad el stock de la Deuda del Estado Central esté en el orden de los 380.000 MD y que a fin de año pasaría los 400.000 MD.[3]

Notablemente en el Mensaje del Ministerio de Hacienda que acompaña el PL de Presupuesto 2019 – Punto 3.8 Financiamiento y Deuda Pública – se dice textualmente: “Estimamos que para Diciembre de 2018 el stock de la deuda pública será de 315.698 MD, lo que significa una caída de 5.237 MD frente al mismo período de 2017.” (!)

Este importe no cerraría en absoluto con la realidad del sobre-endeudamiento en curso ni siquiera descontando el efecto de la licuación de la deuda pública contraída en pesos.[4]

 

EL PESO DE LOS INTERESES

Cabe una mención obligada al problema de los Intereses a Pagar durante el Ejercicio 2019, que según el PL serán unos 746.400 M$ (≡ 18.600 MD).

En el Presupuesto del corriente año (2018) estos Intereses están estimados en 406.400 M$ (≡ 21.100 MD, al tipo de cambio proyectado de 19.3 $/US$), por lo que el aumento sería de un 84 % medido en Pesos, más simultáneamente descendería expresado en dólares, en unos 2.500 MD (?).[5]

Pero aquí hay que hacer además una aclaración importante que hacer porque los servicios de Intereses de la Deuda no se pagan en su totalidad sino que un 20 % de los mismos se capitaliza por anatocismo (147.600 M$ / 746.400 M$)[6], siendo que los intereses que no se pagan son los que corresponden a la Deuda intra-Estado (una deuda acumulada que es aproximadamente la mitad de la Deuda Total).

Por este motivo, el monto de los Intereses a Pagar durante el 2019 no sería de 746.400 M$ sino de unos 600.000 M$, dado que se toma en firme sólo el importe efectivamente abonado.

De todas maneras, en la comparación inter-anual el incremento de estos intereses – siempre según los datos del PL de Presupuesto 2019 – es de unos 200.000 M$ (195.100), producto de los 600.000 M$ del año próximo contra unos 400.000 M$ del año actual; esto es, un aumento del 50 % en el pago de Intereses, que es el rubro de mayor crecimiento del Gasto Público (contra el 24.3 % del Gasto Primario en su conjunto).

O sea, que el ritmo de aumento de los Intereses a Pagar – aún sin contar el anatocismo – es el doble que el ritmo de aumento del resto de los Gastos del Estado.

Los Intereses son el principal rubro del Gasto Público: son el 18 % del Gasto Total (746.400 M$ / 4.17 B$) pero son el   40 % del Gasto de la Administración Central (746.400 M$ / 1.87 B$), que es la que realmente carga el peso de estos intereses. [7]

Dicho en otros términos: que por cada 10 pesos que gasta el Estado Central 4 son para pagar Intereses.

Los Intereses son así el primer rubro del Gasto Público Neto del Estado: mientras en Intereses se gastan los 746.400 M$ (≡ 18.600 MD) totales (ó los 600.000 M$ que se abonan ≡ 15.000 MD), en Educación, Cultura y Ciencia/Tecnología se Gastan 224.500 M$ (≡ 5.600 MD), en Defensa   151.400 M$ (≡ 3.800 MD), en Seguridad 159.600 M$ (≡ 4.000 MD) y en Inversión Pública (Gastos de Capital) sólo 184.200 M$ (≡ 4.600 MD).

El pago de los Intereses asume una magnitud comparativa desproporcionada en relación a los vencimientos de Capital, siendo así que la relación Capital/Intereses es de 2.7 veces (18.600 MD / 50.000 MD), es decir, que por cada 2.7 dólares que vencen de Capital o Principal de la Deuda Pública el Estado Argentino tiene que pagar un dólar de intereses o, dicho con otras palabras: que los Intereses a Pagar equivalen al 37 % de los vencimientos de las deudas del año. Con el agravante que – como hemos visto – el 20 % de esos Intereses no se pagan sino que se capitalizan por anatocismo.

Un importe de intereses del orden de 746.400 significa 2.000 M$ por día: 85 M$ por hora que pasa de nuestra vida.

 

CONSIDERACIONES FINALES

El PL de Presupuesto 2019 elevado al Congreso ha sido elaborado en función de los Acuerdos con el FMI de Junio del corriente año y expresa las exigencias del organismo para tratar de cumplir a rajatabla las garantías de pago de intereses a los acreedores financieros del Estado

De la rápida aprobación parlamentaria de este Presupuesto – que es condición sine qua non del FMI para su programa de desembolsos anticipados a la Argentina – depende el destino financiero y político del gobierno Macri, en su desesperado intento de poder completar su mandato en el 2019.

El sostenimiento de la actual administración a través del apoyo de los Estados Unidos, del Fondo Monetario y de varios de los Países Desarrollados se da por y mientras nuestro país ha venido y sigue sufriendo la mayor sangría financiera y cambiaria de su Historia, mientras el gobierno ensaya la gran ecuación fondo-monetarista de Ajuste Fiscal con caída de los Salarios Reales y mientras se siguen mostrando récords de aumento de la Pobreza versus ganancias récord por especulación financiera.

Y estas cosas ocurren por la ineptitud y la corrupción de los gobiernos que endeudan al país sin la más miserable capacidad de repago de las obligaciones financieras que se siguen contrayendo, por la complicidad de toda la clase política con representación parlamentaria, que aprovecha la situación para sus negociados electoralistas, y por el desvío de la opinión pública a cargo de los grandes medios de comunicación que confunden a la gente y le quitan gravedad al patético empeoramiento de la nueva Crisis de Deuda que vive la Argentina.

Empero – y como agravante adicional – existen fundados interrogantes sobre la viabilidad del cumplimiento de este presupuesto, en caso de ser aprobado en línea con los dictados del  FMI, por parte de la administración macrista y ello sigue manteniendo a las Finanzas Públicas y a la Economía del país con un final abierto.

[1] Las abreviaturas M$/MD/B$ significan Millones de Pesos/Dólares y Billones de Pesos, respectivamente y se expresan siempre con redondeo.

A su vez, las equivalencias (≡) entre Pesos y Dólares están hechas según el Tipo de Cambio promedio proyectado en el PL, de 40.1 $/US$.

[2] La Planilla anexa al Artículo 40 del PL contempla Operaciones de Crédito Público (que son, en realidad, Operaciones de Deuda Pública) por unos 3.6 B$ (≡ 64.600 MD).

El Artículo 41 del PL agrega que el Poder Ejecutivo (PE) – a través del Ministerio de Hacienda – está autorizado además a emitir Letras de Tesorería por 800.000 M$ (≡ 20.000 MD), importe que se diferencia del anterior porque la Ley 24.156 de Administración Financiera del Estado (en su Artículo 82) no considera las Letras – que son instrumentos a corto plazo (menos de un año) como Deuda Pública formal.

En principio, pudiera suponerse que estas letras debieran estar incluidas en las Operaciones de Deuda del artículo anterior, pero son letras y no bonos, con lo que el balance de las cifras no cerraría.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la Planilla Anexa al Artículo 11 del PL – que da facultades al Jefe de Gabinete (JGM) para contratar Obras Públicas y/o realizar compras de Bienes/Servicios cuyo plazo de ejecución exceda el Ejercicio Financiero 2019 – agrega otros 236.100 M$ (≡ 6.000 MD) al endeudamiento del Estado, que no están computados dentro del Cuadro de Fuentes y Aplicaciones Financieras pero suman más Deuda en forma diferida (Programas de Propiedad Público-Privada).

En los Presupuestos del Estado nunca queda claro el desagregado exacto de los montos autorizados del endeudamiento del Ejercicio.

[3] Siempre considerando exclusivamente la Deuda en cabeza del Estado Central, es decir, sin contar aquí las deudas del BCRA, Provincias/Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios, ni las sentencias en firme por fallos arbitrales y juicios contra el Estado perdidos y con sentencia en firme.

[4] Del total de la Deuda Pública al 31.3.2018 – última información oficial disponible – que es de 345.400 MD, un 30 % está en Pesos (100.000 MD) y los 245.000 MD restantes en Moneda Extranjera.

Aun suponiendo que la cifra del stock de la Deuda a fin de este año – los 315.000 MD citados en el Mensaje – pudieran estar calculados descontando una licuación por devaluación del peso, la sola idea de que el monto de la Deuda del Estado vaya a descender en el 2018 no sólo no cierra sino que, a la luz de las novedades que se están produciendo, deviene cuasi-surrealista.

De todos modos, es real el hecho que la deuda en moneda nacional ha venido y sigue sufriendo una fortísima licuación en dólares, lo que beneficia al Tesoro y perjudica a los Acreedores en Pesos, aunque con un detalle: que la gran mayoría de esa deuda está tomada con la ANSES (que administra la plata de los jubilados) y otros organismos de la Deuda intra-Estado.

[5] Obviamente, la explicación de este aparente descenso de los Intereses en dólares está en el valor previsto del tipo de cambio, ya que habiéndose duplicando la devaluación del peso (19.3 contra 40.1 $/US$) el mayor importe en pesos se traduce en menor cantidad de dólares.

Dada la citada omisión de los importantísimos incrementos adicionales de la Deuda que se están produciendo en el 2018, se corre un doble riesgo cierto: que los aumentos en valor absoluto del endeudamiento actual no queden reflejados en los dos ejercicios (2018 y 2019) y que el consecuente aumento en el pago de los intereses correspondientes al nuevo stock de la Deuda del Estado tampoco queden realmente expuestos.

Por ende, los importes de Intereses a Pagar debieran ser recalculados en función de los nuevos cambios que se han producido y se siguen produciendo.

[6] El Anatocismo es la Capitalización de los Intereses que se produce por aplicación de la regla elemental del Interés compuesto: los intereses devengados y no pagados se suman al Capital o Principal y devengan así nuevos Intereses.

Aplicado a la lógica de las Finanzas este cobro de intereses sobre intereses es un sinónimo de la Usura.

[7] Normalmente se aduce que el principal rubro del Gasto Público es el del Sistema Previsional pero esta afirmación es engañosa:

  • Primero, porque el Sistema Previsional carga con una serie de gastos que, estrictamente hablando, no le son propios, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), las Asignaciones Familiares, las Prestaciones no Contributivas, los diversos programas asistenciales y otros rubros menores. El Gasto Total real por Jubilaciones/Pensiones Contributivas – que es verdadero gasto propio del Sistema Jubilatorio Argentino es de 1.63 B$ (1.632.700 M$) y no el total de Prestaciones Sociales (que suma 2.15 B$ ó 2.145.200 M$).
  • Segundo, porque se soslaya que el aumento de las cargas jubilatorias ha quedado fuertemente distorsionado por la política kirchnerista de incrementar la masa de beneficiarios sin aportes. Y
  • Tercero – lo más importante – porque el Gasto Previsional tiene que ser calculado como Gasto Neto, esto es, descontándole los Ingresos del Sistema por Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, que suman 1.21 B$ (1.043.300 M$).

O sea, que si se toma el Gasto Previsional Neto (1.63 B$ de Gastos – 1.21 M$ de Ingresos) éste deviene en unos 420.000 M$, que es mucho menos que los 746.400 M$ de Intereses a Pagar.

Aunque por razones de tiempo y espacio no se va a entrar aquí en el desagregado de los números presupuestarios que respaldan estas afirmaciones es muy importante tener en cuenta esta realidad dentro del Presupuesto del Estado a los efectos de evitar comparaciones falaces.

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